sábado, febrero 24, 2007

David Hume (borrador y síntesis)

H. un escocés nacido en Edimburgo en 1711, llevado por su amor por la erudición, se aboca desde joven a estudiar algunos de los problemas clásicos del conocimiento filosófico. El lo hace desde el punto de vista que le otorga haber nacido en una sociedad que recientemente se había arrancado de la influencia del catolicismo, el feudalismo y las monarquías absolutas, ya entrando en los prolegómenos de la Revolución Industrial y rodeado por doquier por avances y descubrimientos de conocimientos científicos, nuevas técnicas de producción, creación de riquezas y nuevos mercados para vender. En esta sociedad insular el movimiento filosófico que se destaca es el Empirismo del cual H. es la cima en su siglo. Si bien está influído y habitualmente se lo coloca dentro de los empiristas británicos, como John Locke y Berkeley (irlandés), no desconoce el pensamiento continental europeo, especialmente el de Francia, donde vivió y mereció el respeto de esos "ilustrados" y gozó de la amistad y enemistad con Rousseau.

El desarrolla sus conceptos en el "Tratado de la Naturaleza Humana", que fue fríamente recibido, aunque luego realizó nuevos desarrollos sobre los mismos temas en obras posteriores, como la "Investigación del Entendimiento Humano" y "Diálogos acerca de la Religión Natural" (póstuma).

Los temas que desarrolla fundamentalmente son los referidos al conocimiento. Para lo cual arranca de los aportes previos de Locke, rechazando el innatismo, el Berkeley de "ser es ser percibido" que concluye en que el conocimiento empírico es fruto de las percepciones.

Entonces primero afirma que nada hay en la mente que antes no haya sido percibido por los sentidos, y así la percepción es todo. Las percepciones las divide en Impresiones e Ideas según la vivacidad y fuerza que hayan impresionado el espíritu y se mantengan en la conciencia. Donde las Impresiones agrupan a las emociones, pasiones y sensaciones de los sentidos mientras que las Ideas son fruto de Pensamientos y Razonamientos. Además introduce una primera división entre simples y complejas que son las divisibles, a la manera de la navaja de Occam, en más simples. Y esta división inicial es la que luego Hume utiliza para criticar las concepciones metafísicas como el concepto de substancia, yo o alma y el principio de causalidad, a las que finalmente abandona por ininteligibles al carecer de una percepción simple inicial. Así asegura que la sustancia no es más que una sucesión de percepciones unidas por la imaginación y la costumbre o el hábito de percibirlas siempre contiguas juntas. Cuando se refiere al Yo o el alma, el res cogitans cartesiano, concluye que es un haz o un fluir continuo de percepciones. Pero en ambos casos no se puede identifica una percepción en particular, sea de la Mente o de la Sensación que corresponda unívocamente a lo que llamamos Sustancia o Yo o Alma.

Pero volviendo al análisis de las Impresiones, él las divide en Sensaciones, de los sentidos que surgen del alma y las de Reflexión provenientes de las Ideas y pueden ser pasiones, emociones o deseos. Aunque estas impresiones de reflexión han tenido un origen en una sensación previa, guarda en la memoria, ordenadamente, como "idea" para luego ser recobradas por la memoria y combinadas, con libertad, por y con la imaginación para generar nuevas impresiones.

El modo en que esta operación que lleva de una idea a otra está dado por 3 relaciones:

Semejanza, contigüidad espacio-temporal y causalidad. Siendo esta la más poderosa y a la que dedica atención, para resumirlo en una operación que combina la experiencia y la costumbre de registrar una sucesión temporal entre una causa–efecto lo que es meramente una relación entre dos hechos unidas por la costumbre y la imaginación, forzadamente por una necesidad de encadenar ambos hechos. Esta crítica a la causalidad nos lleva a desembocar en un escepticismo académico, donde el conocimiento científico se torna probable o pausible, eliminando los dogmatismos propios del racionalismo, que era uno de sus objetivos.

Sin embargo sostiene dentro de su filosofía unas ideas cuya vivacidad opera más allá de la suspensión del juicio pirrónico o la crítica filosófica más despiadada, son las ideas naturales, que son ideas que la naturaleza imprime en nosotros para seguir viviendo, y tienen la forma de creencias: en la causalidad, el mundo exterior, ideas irrenunciables, con las cuales trabaja la imaginación.

Es necesario aclarar que las ciencias matemáticas y lógicas son colocadas aparte por él por trabajar con relaciones de ideas que carecen de toda conexión con el mundo natural y por ende no pueden explicar el mundo, pero tampoco entonces se puede restringir su ámbito de validez a ellas mismas. En su reino matemático podemos decir que son verdaderas y que es posible una ciencia de verdad.


Acá es donde luego Kant retoma sus ideas, las critica y las extiende más allá para desarrollar su filosofía que crea un sistema filosófico completo.

martes, febrero 13, 2007

Besar

hermione en llamas
que no aquieta
quema
arde en gin
la garganta
bebe todo
todo o
leve nada

Ale F
Febrero 2007